Tiemblo de frío; sin ti, tiemblo,Una gélida mesa sustenta mi aliento,
Cuelgan de mis ojos lágrimas de hielo,
Mi piel está dura; sin ti, tiemblo.
El alma me vibra y vibra mi cuerpo,
Sacudidos por este temblor tremendo.
No encuentro refugio; sin ti, tiemblo,
El aire me encierra y sin ti, tiemblo.
Ese que en tus palabras funde al hierro,
Quisiera escuchar tu lenguaje de fuego,
No tener que decirte sin ti, tiemblo.
De anhelos. Porque la vida es mucho más que esperar a la muerte. La vida es desear. Lo notas cuando escuchas esa melodía, esa canción, el sonido de ese beso, o cuando contemplas ese paisaje a esa hora del día o de la noche. Entonces habla el mundo.
Hable el mundo y calle el hombre
(si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir)
